PJs de mi vida: Slav von Strangerssen (I)

  • Juego: Vampiro: La Mascarada.
  • Clan: Tremere.
  • Edad real: 90 años.
  • Edad aparente: 25 años.
  • Nacionalidad: alemana.
  • Concepto: médico, filólogo y místico.
  • Descripción: 1'60 m de altura, delgaducho, con el pelo moreno largo y suelto, ojos grises tras unas pequeñas gafas y gesto permanente de superioridad. Viste pantalón y jersey oscuros, sencillos. El único adorno visible que lleva es un colgante de plata con el símbolo de su Clan y su graduación de Regente del Primer Círculo.
Slav nació a principios del siglo XX en Bonn, en el seno de una familia acomodada. Su padre era un médico de gran renombre, y, tal y como se estilaba entonces, su hijo tambén tuvo que seguir la tradición familiar. Aún así, la gran pasión de Slav, ya desde pequeño, eran los lugares lejanos. Se quedaba totalmente fascinado con los antiguos mapas que había en la biblioteca de su casa. Pasaba las horas mirando los países, sus nombres, su geografía, hasta tal punto que su padre tuvo que ordenarles a los sirvientes que cerraran la habitación con llave para que el pequeño no entrara. De mayor su pasión no disminuyó, y tuvo amargas discusiones con su familia, pues el deseaba estudiar idiomas y viajar por el mundo. Al final las órdenes del padre fueron terminantes: o estudiaba medicina o estudiaba medicina. Pero Slav tenía una mente brillante, así que mientras se graduaba en la mejor universidad alemana, por las tardes aprendía por sí solo diversos idiomas: latín, griego, inglés, francés, chino... Todo le valía.
Poco antes de que estallara la Segunda Guerra Mundial, Hitler y el partido NAZI llegaron al poder. La familia von Strangerssen era una familia rica, por lo que no se les tocó demasiado. Tal vez algún donativo al partido y cosas así. Pero ésa también fue la época en que la madre de Slav, el único punto de estabilidad en la inflexible vida de la familia, murió de una enfermedad incurable a la que el padre no pudo hacer frente.
Ésta no fue la única tragedia en la familia.
Slav tenía una hermana, Madeleine, muy querida para él y en la que la familia tenía puesta grandes espectativas. Ella solía salir, acompañada por supuesto por un par de sirvientes, a "hacer visitas" de sociedad. Una noche no llegó a casa. La familia nunca supo el porqué. Slav nunca se lo dijo.
El joven Slav volvía de pasar la tarde en la biblioteca de la Universidad de Bonn. Estaba bastante excitado, puesto que había encontrdo una serie de manuscritos muy antiguos en una zona reservada de la biblioteca. Manuscritos realmente muy antiguos. Él pensaba que eran babilonios, pero no estaba del todo seguro. El conservador de la bilbioteca, que se daba aires de místico, le había puesto en contacto con un "mago" de una extraña Logia. A la noche siguiente tendrían su primera cita y...
...los gritos provenían del callejón de al lado. Slav entró, curioso. Ante sus ojos vio cómo un joven soldado intentaba abusar de una muchacha. No era de su incumbencia, por lo que el joven médico decidió volver a la calle principal y olvidar el asunto. Pero entonces la muchacha gritó otra vez: "¡Slav! ¡Socorro!". Se dio la vuelta. La muchacha era su hermana. El soldado le miró y sonrió. Golpeó a Madeleine, dejándola inconsciente, y fue a por Slav. Sacó su pistola y, apuntándole, le indicó que se acercara. El joven no tuvo más remedio que obedecerle. En un movimiento rápido, el soldado le redujo, golpeándole con la culata del arma...
Cuando despertó, se encontraba en el suelo, junto al cadáver semidesnudo y ensangrentado de su hermana.

Pasaron varios meses. Las muertes de las mujeres de la familia habían afectado mucho la relación entre padre e hijo, que prácticamente ni se saludaban al verse por lo amplios pasillos de la mansión von Strangerssen.
Slav continuó con sus investigaciones, compatibilizándolas con su trabajo en un importante hospital de la ciudad. Mientras por el día sanaba enfermos, por las noches visitaba al anciano místico con el que había contactado tiempo atrás. Éste le introdujo en la numerología, la astrología, las reglas formuláicas de la magia y más aún.
A pesar de eso, la vida de Slav no estaba vacía de relaciones. Conoció a una joven en la Universidad. Se llamaba Anne y era preciosa, inteligente, divertida... Era su único contacto humano. Ella quería que se casaran, que abandonara la casa de su padre. Él lo posponía una y otra vez: su trabajo, sus investigaciones... Ella no se rendía y él casi estuvo a punto de ceder. Incluso llegaron a prometerse matrimonio. La amaba mucho, pero...
El joven pasaba cada vez menos tiempo en su casa, gastando el tiempo entre sus estudios con el místico, su trabajo en el hospital y Anne. Llegó un momento en que ni siquiera volvió.
El místico era Wilhelm Heimer. Había nacido en el siglo XVIII. Había sido Mago. Ahora era un Brujo, un Tremere, un vampiro.
Se le dio por desaparecido. La Policía le buscó. Su padre se arruinó, vendiendo todas sus posesiones, contratando detectives, usando sus influencias. Anne se desesperó, buscando consuelo en la bebida y en amantes, pese a no conseguir olvidar a su prometido. Nunca se supo más de él.

.

5 errantes soñaron:

Jezabel dijo...

Este pj molaba mucho como pj, pero cuando te tocaba lidiar con él te entraban ganas de tirarle cosas a la cabeza.

Radagast dijo...

Sí, es lo que tenía: era un insufrible tipo con un ego del tamaño de Asia entera. Pero es que se lo tenía merecido. El tío era jodidamente bueno, y muy, muy poderoso.
Estoy preparando el segundo post sobre él, ya que faltan cosas por contar.

Jezabel dijo...

¡Pero estaba sooooolo, nadie le queríiiia!

Radagast dijo...

Te equivocas. Alguien sí le quería. Y lo descubrirás en el siguiente post, querida Jezabel.

Jezabel dijo...

Pues le querría porque no le conocía, porque si no, no me lo explicio.