Tierra Serena XIV

Daba vueltas en la cama. Las sábanas se le antojaban demasiado frías, aunque sabía que eran las mismas en las que dormía noche tras noche. El duque se retorcía, fastidiado. No soportaba ser incapaz de determinar la naturaleza de su malestar y, sobre todo, era incapaz de tolerar el no poder controlarlo. Aunque, si se ponía a pensarlo, sincerándose consigo mismo… Sí. Sabía lo que le ocurría.
Demasiado bien lo sabía. La deseaba. Deseaba el cuerpo blanco temblando trémulamente, su voz dulce suspirando su nombre, el calor suave que emanaba de la blanca extensión de alabastro que era su piel. Deseaab besarla, morderla, devorarla por completo, poseerla, ahogarse en su mirada. Era dolorosa la intensidad de su deseo. Era tal, que le costaba no salir de su dormitorio e ir a buscarla inmediatamente. Pero él no hacía esas cosas, se decía a sí mismo. Él era calmado, sutil, discreto. Él no sentía pasiones devoradoras, era una mente fría y un más frío corazón, ¿no era así? Sólo deseaba el cuerpo, ¿qué más dará que sea suyo? "¿Acaso no hay docenas, qué digo docenas, centenares de mujeres tan hermosas como ella, y aún más, dispuestas a compartir sus noches?" Entonces, ¿por qué se empeñaba en ésta? ¿Por qué se obsesionaba? Podría conseguir a cualquiera… incluso, podría conseguirla a ella, podría violarla y nadie le diría nada, no habría represalias ni venganzas. Pero no. No era eso lo que quería.
No era eso.
Dioses. Se sentía como un niño pequeño, deseando, necesitando, añorando algo con todas sus fuerzas e incapaz de conseguirlo, frustrado, furioso, desconcertado. Quería… ¿qué era lo que quería?
Trató de relajarse. Demonios del abismo, esto no era propio de él. Su respiración se normalizó. Se puso en pie y caminó, desnudo, por la sala, hasta la chimenea. Buscó vino, bebió la copa de un trago y volvió a llenarla. Las llamas de la hoguera se avivaron, percibiendo su presencia. De nuevo, vació la copa de un solo trago y la lanzó lejos de sí.

Eli-zabad dormía plácidamente, un sueño sin interrupciones. Una ráfaga helada cruzó su dormitorio, oxigenando las brasas de la chimenea y reavivándolas.

Tal vez fuera mera fuerza de costumbre, de salirse siempre con la suya. Tal vez fuera el ansia de culminar su deseo y verse plácidamente satisfecho, libre ya de la obsesión. Entonó los guturales sonidos y cerró los ojos, con una perversa y ávida sonrisa en los labios.

La sábana resbaló hasta el suelo. Unas manos invisibles la despojaron del camisón. Eli-zabad seguía dormida, respirando con normalidad, pero el frío súbito la hizo estremecer.

El duque sintió la suave piel del tobillo de Eli-zabad en sus labios y entreabrió la boca para saborearla, deslizando las manos, aferrando el intangible pero mágicamente sentido muslo de la mujer.

Unas manos invisibles treparon y avanzaron por su pierna izquierda. Eli-zabad respiró con calma y sonrió en sueños al notar el familiar tacto.

Sintió el escalofrío de placer y la codiciada sensación de triunfo cuando respiró el calor de su sexo desnudo, apoyando en él los labios.

Eli-zabad despertó súbitamente, asustada, y miró a su alrededor. Estaba sola. Estaba sola, y sin embargo… observó su desnudez y rápidamente se cubrió con las sábanas. Estaba sola.
No pudo volver a dormir en toda la noche.

El hechicero abrió los ojos y despertó de su trance. Maldijo por lo bajo, notando su frustración aumentar por momentos. Golpeó la pared para descargar su ira y volvió al lecho. Esa mujer era un problema, un problema a solucionar. Rápidamente se vistió, terminó el resto de la botella de vino –cosecha de hacía ocho años, de las mejores viñas del este del condado– y se sentó en frente de dos grandes tomos arcanos. Casi inmediatamente su retorcida mente empezó a trazar planes, líneas de comportamiento, caminos que los demás seguirían, caminos trazados por él. Sonriendo con maldad, anticipándose a su triunfo.
Mientras tanto, la cosquilleante sensación de la piel de ella permanecía bajo las yemas de sus dedos.

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1 errantes soñaron:

Siesp... dijo...

No viene a cuento, pero no se me ocurría otro medio más rápido. Por si no lo conocías, mira esto:
http://www.plataformasinc.es/index.php/esl/Calendario-de-actividades/Conferencia-Inicios-de-la-prediccion-cientifica-del-tiempo-en-la-primera-mitad-del-siglo-XX

Saludos.